Estimadas pupilas:

Una antoñita sabia dice que “los hombres son como los líquidos, se calientan enseguida y se enfrían con la misma celeridad. Las mujeres, por el contrario, se comportan como los sólidos tardan en calentarse y asimismo también les lleva tiempo perder el calor adquirido”.

Lo que traducido al mundo antoñítico práctico significa que debéis estar atentas a los siguientes detalles:

1-     en la primera cita os pregunta si queréis ir a comer paella el Domingo con su madre.

2-     En la susodicha paella y ante una multitud de primos os presenta como su novia, después de solo 2 citas.

3-      Le acompañáis a ver pisos, al cabo de 2 semanas, y os dice inocentemente “¿te gustaría vivir aquí?”.

4-     Por supuesto, durante el primer mes ya habéis ido a cenas con todos sus amigos casados en las cuales él no ha dejado de utilizar el “nosotros” constantemente.

A estas alturas vosotras ya os encontráis en una nube y por supuesto y a pesar de las advertencias de vuestras amigas que os dicen que vais muy rápido, no hacéis ni caso “porque claro a los 35 años 3 meses son como 3 años a los 25”.

Y de repente todo cambia, los Sábados en IKEA para decorar vuestro zulo glamour no le parecen el mejor plan del mundo, ya no  recibís su llamada de las 11 ni las de las 15.00 con el maravilloso “nena, ¿qué haces?” porque claro es posible que en los tiempos pasados y felices en 2 horas y amarradas al ordenador vuestra vida hubiese tenido una cambio sustancial.

Y por fin llega el día fatídico, cuando estáis dándole una fascinante disertación sobre mamparas de baño os mira con cara de culpabilidad y os dice “Mira, es que no se como explicártelo pero no puedo. Creo que quieres ir demasiado deprisa y yo necesito mi tiempo. Va a ser mejor que dejemos de vernos una temporada”.

Lo peor de todo es que no entendéis nada, admitámoslo queridas habéis dado con un monógamo sucesivo killer express.

Puedes unirte al grupo de Ponle una vela a San Antonio en facebook aquí

www.ponleunavelaasanantonio.es