Estimadas pupilas:

Una de mis amigas, V.C, siempre albergó la esperanza de acabar convertida en la esposa de un piloto de avión.En aquellos felices días previos al desastre de las torres gemelas, donde una mujer y su champú de 300 ml todavía eran compañeros inseparables de cabina, ponía una cara como en estado de trance y le preguntaba a la azafata:

-Le importaría decirme si el control de la altitud es el adecuado?

La pobre azafata se quedaba a cuadros y le contestaba:

-Estoy segura que si Srta, nuestro comandante es un experto.

-Podría ir a la cabina tras el despegue y preguntárselo yo misma?.Es que mi abuelo murió en un accidente de aviación por esa razón, decía mi amiga.

Puedo aseguraros que de esta manera conoció a más de un piloto.

Desgraciadamente, ésta treta ya no es viable debido a los controles de seguridad pero siempre nos quedará recurrir a la siguiente cuando estamos al lado de un hombre interesante:

– Tengo miedo a volar, le importaría que le cogiera la mano durante el despegue?, podemos preguntar a nuestro compañero de asiento.

Ni en las situaciones más desesperadas sugiero derramar deliberadamente vuestra Coca Cola sobre su portátil.

Por cierto, si miráis la imagen creo que se os podrán ocurrir nuevas técnicas de seducción parejas a los nuevos modelos de avión…

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