La mujer post it
Estimadas pupilas:
Como siempre os he dicho, ensalzar vuestro atractivo de antoñitas casaderas para el sexo opuesto es una acción loable y merecedora de mi aplauso. Nosotras salimos de casa depiladitas, por ejemplo, para que un hombre no deba usar el machete.
Pero una cosa es potenciar vuestros encantos y la otra ponéroslos todos juntos cual árbol de Navidad de chino de todo a 100 y más tarde despojaros de todos ellos ante la mirada impávida del chico en cuestión.
Os estoy hablando de la mujer post-it con atributos de quita y pon. Todos conocemos una con esos asombrosos ojos de color miel, verde esmeralda o azul profundo que siempre habíamos pensado que eran para las rubias pero mira tu por donde que a pesar de ser ella morena su bisabuela era rubia con ojos verdes, curioso en una familia caracterizada por sus rasgos a lo Curro Jimenez. ¿Y qué decir de las uñas? Olvidaos de los relatos de Félix Rodríguez de la Fuente sobre buitres atrapando a la presa entre su garras y apiadaros del teclado de ordenador torturado por tales manos.Y en cuanto a la faja, queridas una cosa es una para evitar la tripita con ese vestido ajustado y otra un corsé a lo Escarlata O’Hara.
Han llegado a mi testimonios de hombres horrorizados pensando que se llevaban al dormitorio a una morena de ojos azules y talla 38, y de repente se han encontrado con una mesa camilla extensible de la 44 y ojos marrones, tras el correspondiente despojo de las lentillas de color.En cuanto a las uñas, queridas la porcelana no es recomendable en los momentos de mayor pasión.
En fin, como dice una de nuestras antoñitas maquillar la realidad es como teñirse de rubia platino al final siempre tienes que volver a tus raíces.
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