Archive for the 'Las normas' Category

Simplemente, no le interesas

Estimadas pupilas: Entre todas las torturas a las que una antoñita se puede someter, incluyendo la epilady en las axilas e intentar entrar en los vaqueros de la época pre celulítica, hay una que quizás es la peor de todas, sucumbir a las excusas de los hombres. Una cosa es el autoengaño legítimo de creer […]

La novia congelada

Estimadas pupilas: En ocasiones, algunas mujeres se asemejan a un paquete de merluza pescanova.Se las almacena en el congelador y se las saca a voluntad de su consumidor. Porque si queridas, porque algunos hombres os quieren para puentes, vacaciones y en el descanso de la liga de futbol. ¿Cómo saber si sóis una novia congelada? […]

Joyería eterna

Estimadas pupilas: A veces la vida se parece a la publicidad o la publicidad a la vida, según se mire. Para aquellas que pensáis : – que vuestro Pepe se merece la lencería más sexy aunque no dejará que dure lo suficiente en otro lugar que no sea el suelo. – que los Sábados no son un […]

Pressing catch

Estimadas pupilas: Si queréis perder a un hombre por el camino rápido, no tenéis más que  usar la técnica del pressing catch. Porque admitámoslo estáis verde botella de la envidia desde que os habéis enterado que hasta  “ la Macaria” , la chica que podía haber ganado el concurso de Miss Uniceja, se casa. Y […]

Protocolo del pikolining

Estimadas pupilas: En todas las relaciones llega el día en que todo lo que ha sido vertical hasta ese momento, se vuelve horizontal.Como todo lo verdaderamente importante en esta vida esas situaciones requieren de un protocolo. Si el instante de la pasión llega en vuestra casa os sugiero que os abstengáis de: – poner incienso, […]

No hay solteras desesperadas sinó solteras que se desesperan

Estimadas pupilas: Lo admitimos, queremos un novio, un marido, un padre para nuestros hijos, alguien que cargue nuestras maletas , saque a nuestro perro a pasear y una pareja para las partidas de Trivial.  Seríamos capaces de todo para conseguirlo, pero…no lo admitiremos nunca. Lo se queridas, nuestros ovulos se suicidan, nuestras caderas se ensanchan […]